Con la llegada de diciembre, las casas comienzan a llenarse de luces y símbolos navideños. Entre ellos, uno de los más visibles —y a menudo menos comprendidos— es la Corona de Adviento. Aunque muchos la colocan en puertas o mesas como decoración, este elemento tiene un trasfondo religioso y simbólico que marca el inicio del camino hacia la Navidad.
La Corona de Adviento no solo anuncia que diciembre ha comenzado: también representa un periodo de reflexión, espera y preparación espiritual dentro de la tradición cristiana, especialmente en países como México, donde estas fechas conservan un fuerte significado religioso.
¿Qué es la Corona de Adviento y por qué es tan importante?
Antes de celebrar la Navidad, el calendario litúrgico cristiano contempla un tiempo previo llamado Adviento, una palabra que proviene del latín adventus y que significa “llegada”. Este periodo simboliza la espera del nacimiento de Jesús y, con ello, la preparación espiritual de los creyentes.
Aunque en sus orígenes el Adviento estaba relacionado con la preparación para el bautismo de nuevos fieles, con el paso de los siglos se vinculó directamente con la Navidad. Fue en el siglo XIX cuando la Corona de Adviento comenzó a popularizarse gracias al pastor luterano Johann Wichern, quien la utilizó como una herramienta educativa para explicar a los niños el sentido de esta espera.
Los elementos de la Corona de Adviento y su simbolismo
Cada parte de la corona tiene un significado específico que refuerza el mensaje de esperanza y preparación.
La forma circular
El círculo no tiene inicio ni final. Representa la eternidad, el amor infinito de Dios y la idea de que la espera siempre conduce hacia la luz.
Las ramas verdes
Generalmente se utilizan ramas de pino o abeto, plantas que permanecen verdes incluso en invierno. Esto simboliza la vida, la esperanza y la fortaleza espiritual en medio de la oscuridad.
Las velas, el corazón de la tradición
Las velas son el elemento central. Se encienden de manera progresiva cada domingo de Adviento, marcando el paso del tiempo rumbo a la Navidad.
Aunque hoy pueden encontrarse en distintos colores, la tradición litúrgica establece significados claros:
- Morado: penitencia y preparación interior.
- Rosa: alegría y esperanza cercana.
- Blanco: pureza y la luz de Cristo (opcional para Navidad).
La primera vela, conocida como la “vela del Profeta”, simboliza la esperanza y el anuncio de la llegada del Mesías.
¿Cuándo se coloca y se enciende la Corona de Adviento?
La Corona de Adviento se coloca a partir del primer domingo de Adviento, fecha que varía cada año, pero siempre marca cuatro semanas antes de Navidad. Cada domingo se enciende una vela con un significado distinto:
- Primera vela: esperanza.
- Segunda vela: fe y preparación.
- Tercera vela (rosa): alegría.
- Cuarta vela: amor y cercanía de la Navidad.
- Quinta vela (blanca, opcional): se enciende el 24 o 25 de diciembre para representar el nacimiento de Jesús.
Con el paso del tiempo, esta tradición salió de los templos y se integró a los hogares, convirtiéndose en un ritual familiar que acompaña la cuenta regresiva hacia la Navidad.
Oraciones y reflexión durante el Adviento
Cada vez que se enciende una vela, la tradición invita a realizar una oración o reflexión. En las misas católicas, este momento suele integrarse a la liturgia dominical, pero también puede hacerse en casa, reforzando el sentido espiritual del Adviento y el mensaje de esperanza que acompaña a cada luz encendida.


