El 6 de mayo del 2025, una supercomputadora, en colaboración con científicos de la NASA y de la Universidad Toho de Japón, predijo el año exacto en que la vida desaparecerá de la Tierra: el 1,000,002,021.
El estudio señala que el aumento gradual de la temperatura solar provocará un calentamiento extremo que evaporará los océanos, eliminará el oxígeno y hará imposible la supervivencia, incluso para organismos simples.
Este proceso no será abrupto, pero es inevitable. Los expertos explican que el Sol, al envejecer, aumentará su radiación, lo que afectará el clima, los ciclos químicos y la atmósfera del planeta.
Aunque el fin está a mil millones de años de distancia, el modelo ayuda a entender cómo evoluciona la habitabilidad en la Tierra y en otros planetas. También permite mejorar los criterios para buscar vida en el universo, más allá de la presencia de agua o temperatura moderada.
La predicción no busca alarmar, sino ofrecer un mapa del futuro cósmico del planeta, con base en ciencia sólida y simulaciones avanzadas.