Cada 15 de mayo, autoridades, medios de comunicación y ciudadanos se apresuran a felicitar a quienes se dedican a enseñar. Se llenan discursos de agradecimientos, se publican mensajes decorados con frases inspiradoras y se reparten reconocimientos simbólicos. Pero este Día del Maestro y la Maestra, lejos de una postal con flores, parece será una jornada de memoria, dignidad y exigencia.
Hoy, más de 3 mil 259 trabajadores de la educación en San Luis Potosí, activos y jubilados, están en paro de labores. No por gusto, no por desinterés hacia sus estudiantes, sino porque se les ha empujado al límite.
El adeudo de 324 millones de pesos del FIVITE no es un error administrativo: es la expresión más clara del abandono institucional que arrastra años. Años de precariedad, de desprecio, de omisiones al magisterio.
Desde el Altiplano hasta la Huasteca, la educación no ha sido prioridad para este gobierno. En las cuatro regiones del estado, la indolencia del gobernador ha dejado a las escuelas caer a pedazos, sin inversión, sin infraestructura, sin condiciones mínimas para aprender… ni para enseñar.
Y ahí estás tú, maestra, maestro.
Resistiendo. Luchando.
Dando clase en salones sin techo, sin luz, sin baños. Compartiendo libros viejos, escribiendo en pizarrones agrietados, buscando cómo enseñar con lo que no hay.
Y aun así lo haces. Porque sabes que una palabra tuya puede abrirle el mundo a una niña o a un niño..
Y todavía tienen el descaro de pedirte paciencia.
¿Paciencia para qué?
¿Para seguir enseñando mientras tu salario se convierte en limosna?
¿Para seguir trabajando mientras no sabes si podrás jubilarte con dignidad?
¿Para ver cómo miles de niñas y niños se quedan sin clase porque a ti no te pagan lo que ya trabajaste?
Este gobierno te ha fallado.
Te ha ignorado.
Te ha abandonado.
Y hoy quiere esconderse detrás de discursos vacíos mientras tú levantas la voz.
Pero este día no te damos flores, te damos la razón.
No te damos palmaditas, te damos la voz.
Porque cuando tú paras, no solo se detiene una clase: se detiene el futuro.
Porque sin ti, no hay educación.
Sin ti, no hay sueños.
Sin ti, no hay San Luis Potosí.
Hoy no celebramos: nos unimos a tu lucha.
Nos unimos a tu resistencia.
Hoy levantamos la voz por todos los maestros y maestras del estado, porque sabemos que esa deserción escolar no es responsabilidad tuya, es la irresponsabilidad y el abandono que este gobierno te ha regalado.
Porque cada vez que exiges justicia, estás defendiendo no solo tu derecho a vivir con dignidad, sino también el derecho de 43 mil alumnas y alumnos potosinos a soñar, a aprender, a ser.
Y a ti, gobierno del estado, no te pedimos:
Te exigimos.
Que pagues lo que debes.
Que asumas tu responsabilidad.
Y que entiendas, de una vez por todas, que no se juega con la educación.
No se juega con la infancia.
Y no se juega con la dignidad de quienes han hecho del aula su trinchera.
Hoy es un día de lucha, y estaremos contigo hasta que la dignidad se haga costumbre. ¡Que viva el magisterio potosino!