A dos años de las elecciones de 2027, el gallardismo, encabezado por su principal figura, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, anunció un incremento en el gasto público destinado a programas sociales, utilizados como herramienta de coacción del voto.
El más reciente ejemplo ocurrió en las elecciones del pasado domingo para renovar cargos en el Poder Judicial federal y local. A través de sus conocidos «acordeones gallardistas» y la estructura de sus programas sociales, se habría presionado a los beneficiarios para votar a favor de perfiles afines a su proyecto político y familiar.
Este miércoles, el mandatario justificó el incremento señalando que “la población no tiene límites, quiere más y lo está pidiendo”. Bajo ese argumento, anunció un aumento del 20% en el presupuesto de programas sociales.
Entre las nuevas metas está la incorporación de 40 mil nuevos beneficiarios al programa de becas alimentarias en la zona Huasteca y Altiplano, alcanzando un total de 550 mil. También se ampliará la cobertura del programa de útiles escolares a 385 mil personas, y se beneficiará a 50 mil más con el servicio de telefonía e internet gratuito.
Estas medidas, lejos de representar un beneficio social genuino para los sectores más vulnerables de San Luis Potosí, forman parte de un esquema de clientelismo político con miras a las próximas elecciones, en las que, de manera unilateral, Gallardo impulsa la candidatura de su esposa, Ruth González Silva.