El número de menores víctimas de abuso sexual en una escuela primaria de San Luis Potosí aumentó de manera preocupante, al pasar del 4.3 por ciento en 2021 al 7.5 por ciento en 2024, de acuerdo con un diagnóstico realizado por la organización Apoyare. La directora general, Mariana Juárez Moreno, señaló que los testimonios de las y los estudiantes revelan casos en los que fueron obligados a tocar o ser tocados en partes íntimas, lo que demuestra la urgencia de reforzar los mecanismos de protección infantil.
Juárez Moreno advirtió que la violencia dentro del entorno familiar genera consecuencias profundas en el desarrollo de niñas y niños, tanto emocionales como cognitivas y físicas. Explicó que el estrés constante afecta las conexiones neuronales y puede desencadenar problemas como déficit de atención, terrores nocturnos, enuresis, miedo a los adultos o aislamiento social.
La especialista subrayó que el daño depende de la edad y del tiempo que los menores permanecen expuestos a la violencia. “Desde bebés pueden sufrir agresiones. Hemos trabajado con menores de primaria, pero incluso en preescolar ya se detectan casos, porque sigue normalizándose el uso de golpes o gritos como método de disciplina”, puntualizó.
En el diagnóstico más reciente participaron 312 niñas y niños, mientras que en 2021 la muestra fue de 650. De los resultados, 25 menores reportaron experiencias directas de abuso, lo que representa un foco de alerta para las autoridades y comunidades escolares. “Los niños no inventan estas situaciones; es esencial creerles, actuar con prontitud y presentar las denuncias necesarias para garantizar su protección”, concluyó Juárez Moreno.


