Lo que debía ser un escaparate para mostrar la riqueza natural, cultural y turística de Rioverde terminó convertido en un tributo a la vanidad política. Exhibieron al alcalde Arnulfo Urbiola Román en redes sociales por utilizar el stand turístico del municipio ubicado en la Feria Nacional Potosina, para proyectar fotografías suyas y de su esposa, Karina Quintero, en lugar de promocionar los atractivos locales.
En el lugar, las imágenes en gran formato de la pareja y videos que resaltan sus actividades oficiales ocupan el espacio destinado a difundir la identidad y el potencial turístico de la región. Calificaron la escena —que los ciudadanos documentaron y difundieron masivamente en plataformas digitales— como propaganda política encubierta y un uso descarado de recursos públicos.
La legislación mexicana es clara: el artículo 134 constitucional y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales prohíben a los servidores públicos el uso de recursos institucionales para la promoción personalizada. Las sanciones por este tipo de actos pueden ir desde multas hasta la inhabilitación para ocupar cargos públicos.
El caso abre la puerta a una investigación por parte de las autoridades electorales y de fiscalización, mientras crece el descontento de la población por poner freno a un estilo de gobierno que confunde la administración municipal con la campaña permanente.