El colectivo de familiares de personas desaparecidas Voz y Dignidad por los Nuestros desmintió categóricamente que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), encabezada por Giovanna Argüelles Moreno, haya solicitado formalmente una reunión de trabajo con su organización, como algunos medios de comunicación han difundido recientemente. La agrupación calificó tales publicaciones como «fake news».
A través de un comunicado, el colectivo expresó que no existe constancia alguna de convocatoria oficial, ni mucho menos un documento con firma de recibido que respalde dicha versión. «Que muestren una convocatoria con firma de recibido…», retan con claridad.
La organización, integrada por madres, padres y familiares de personas desaparecidas en San Luis Potosí, lamentó que se haya recurrido a la desinformación para «maquillar» la inacción de una institución que describen como fallida, acabada y omisa.
«No teníamos ganas de pelear con una institución fallida, acabada y omisa. No intentábamos mostrar la apatía y falta de profesionalismo de todos los funcionarios ahí dentro… ellos mismos mostraron su prepotencia, vanidad y apatía hacia las víctimas«, señalaron.
El colectivo también cuestionó el intento de la CEDH de «salvar su imagen» mediante declaraciones que, aseguran, no se sostienen con evidencia verificable.
Contexto: una crisis de credibilidad
La polémica ocurre en un momento en que la CEDH enfrenta crecientes críticas por su ineficiencia y falta de resultados en la defensa de los derechos humanos en el estado, particularmente en casos de desapariciones. Organizaciones como Voz y Dignidad por los Nuestros han denunciado en repetidas ocasiones el abandono institucional y la falta de acompañamiento efectivo.
Por su parte, el colectivo ha insistido en que su lucha es por la verdad y la justicia, y que no permitirá que se utilicen mentiras para encubrir la indolencia de las autoridades.
En un entorno donde las familias de desaparecidos enfrentan no solo la incertidumbre y el dolor, sino también la indiferencia institucional, este nuevo episodio confirma —según el colectivo— que la crisis no solo es de derechos humanos, sino también de verdad y confianza pública.