La edición 2025 de la Feria Nacional Potosina (FENAPO) volvió a colocarse en el centro de la conversación, no solo por la asistencia masiva al concierto estelar del fin de semana, sino por las fallas logísticas que dejó el evento con miles de personas varadas en las inmediaciones del recinto ferial.
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona aseguró que al espectáculo asistieron más de 350 mil personas, mientras que otros 60 mil vehículos no pudieron ingresar debido a la saturación de las vialidades.
“Las vías fueron insuficientes para que todos pudieran accesar al mismo tiempo”, admitió el mandatario, al tiempo que calificó el evento como “histórico”.
Sin embargo, la magnitud de la convocatoria puso en entredicho la capacidad real del recinto ferial, que año con año enfrenta problemas de movilidad, estacionamiento y servicios básicos durante los espectáculos de mayor demanda. La propia autoridad reconoció que será necesario considerar instalaciones más amplias en futuras ediciones.

La concentración de público también derivó en incidentes: Protección Civil reportó 117 personas desmayadas durante la presentación, la mayoría por deshidratación y largas horas de espera bajo el sol. Aunque Gallardo subrayó que el saldo fue blanco, las imágenes de asistentes sacados en camillas encendieron críticas en redes sociales sobre la falta de previsión en protocolos de seguridad y atención médica.
A pesar de que el gobierno estatal resalta la derrama económica generada —con hoteles y restaurantes al máximo de su capacidad situación que no ha sido comprobada por ninguna cámara empresarial o respaldada por datos estadísticos— el propio gobernador admitió que el estacionamiento y los accesos son puntos débiles que no se resolvieron en esta edición.
La FENAPO 2025 logró cifras récord de asistencia, pero al costo de exhibir los límites de un recinto que ya no corresponde al tamaño de los eventos que busca albergar. El reto para las próximas ediciones no es solo traer artistas de convocatoria masiva, sino garantizar la seguridad y movilidad de decenas de miles de asistentes que, una vez más, enfrentaron los estragos de la saturación no solo en la feria sino en las vías de acceso.