Los siete cuerpos encontrados la noche del domingo en la franja limítrofe entre Zacatecas y San Luis Potosí presentaban un avanzado estado de descomposición, lo que hace suponer que a las víctimas no se les privó de la vida en ese sitio, informó el fiscal general de Justicia de Zacatecas, Cristian Paul Camacho Osnaya.
El hallazgo lo realizaron elementos de la Policía Estatal de Zacatecas sobre un camino de terracería que conecta a la comunidad de Cervantes, en el municipio de Villa de Cos, con la localidad de El Salado, perteneciente a Santo Domingo, en territorio potosino.
Durante las labores de inspección en la zona, los agentes ubicaron una camioneta tipo pick up, color gris, de cuatro puertas, sin ningún tipo de identificación oficial. El vehículo se encontraba del lado zacatecano, a poca distancia del lugar donde localizaron los cadáveres.
En la unidad viajaban cuatro personas —tres hombres y una mujer— quienes se identificaron como integrantes de corporaciones de seguridad de San Luis Potosí. Los ocupantes presentaron credenciales oficiales y portaban armas que, presuntamente, se les asignó en esa entidad.
Ante la posible existencia de indicios que podrían vincular a los ocupantes del vehículo con el abandono de los cuerpos, los elementos zacatecanos procedieron a su detención y traslado ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas, donde se determinará su situación legal dentro del plazo constitucional de 48 horas.
El fiscal Camacho Osnaya también dio a conocer que, como parte de las investigaciones, a través de un rastreo en redes sociales se detectó una publicación en la que se alertaba sobre el abandono de siete cuerpos frente a la presidencia municipal de Santo Domingo, San Luis Potosí, durante la noche del mismo domingo.
Con base en esta información, indicó que existe una coordinación activa entre las fiscalías de Zacatecas y San Luis Potosí para establecer si ambos hechos guardan relación, aunque hasta el momento no hay una confirmación oficial al respecto.
Finalmente, señaló que la zona en donde encontraron los cuerpos se considera un punto de alta conflictividad, al ser un territorio en disputa por al menos tres grupos delictivos.


