En una nueva jugada presupuestaria carente de transparencia, la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local autorizó en febrero la entrega de 64 mil 893 pesos en vales de gasolina —en formato papel, por supuesto— para los 27 legisladores, sin aclarar si estos se suman a los 276 mil pesos previamente aprobados en enero. El acuerdo, identificado como JUCOPO/LXIV-I/085/2025, fue discutido el 25 de febrero como el punto número 4 del orden del día.
El documento aprobado plantea el reparto mensual de vales de combustible para los traslados de diputadas y diputados durante los meses de marzo a diciembre de este año. Sin embargo, omite cualquier referencia a los recursos previamente asignados, dejando una duda razonable sobre si los nuevos montos representan una duplicación del beneficio o una simple reasignación.
Según el desglose, cinco diputados de la región Huasteca recibieron un total de 50 mil 400 pesos —a razón de 10 mil 400 cada uno— mientras que otros siete legisladores de la Zona Media se llevaron 7 mil 200 pesos por cabeza, sumando la misma cantidad. Los 15 legisladores restantes recibieron un bono más modesto: 4 mil 320 pesos cada uno. En conjunto, el total entregado en vales asciende a 165 mil 500 pesos.
Lo preocupante no es sólo la entrega en sí —que podría justificarse bajo argumentos de operatividad— sino el hecho de que la Jucopo no definió si esta nueva partida sustituye, complementa o ignora los 276 mil pesos que ya se habían autorizado un mes antes, como ampliación de los 230 mil pesos previamente pactados en noviembre.
En resumen: tres acuerdos, tres cifras, ninguna certeza. Ni una sola línea del documento de febrero aclara si estamos ante un nuevo gasto, una reducción camuflada, o simplemente otra vuelta al mismo presupuesto con diferentes etiquetas. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando un Congreso austero que predique con el ejemplo.