La periodista Adriana Ochoa, en su columna “La Cábala”, publicada este domingo en el diario digital Astrolabio, realizó un análisis sobre el adeudo que el Gobierno del Estado mantiene con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), que podría llegar a los casi 600 millones de pesos en lo que va del sexenio.
De acuerdo con los datos expuestos, tan solo en 2024 el convenio anual establecía que el Estado debía aportar el 16% del presupuesto universitario, pero apenas se ha entregado el 9%, lo que se traduce en una deuda que ya rebasa los 170 millones de pesos. Si no se cumple con el monto pactado, el boquete presupuestal podría ascender a 299 millones antes de que concluya el año.
El problema no termina ahí. La Federación transfirió al gobierno de Ricardo Gallardo 10 millones de pesos etiquetados para equipamiento universitario, pero hasta ahora no se ha entregado un solo peso a la UASLP.
Si el dinero no llega antes de noviembre, se perderá, ya que la universidad no tendría tiempo para cumplir con los procesos de licitación.
Este incumplimiento no solo compromete el funcionamiento cotidiano de la universidad —que destina buena parte de sus ingresos propios al mantenimiento de clínicas, laboratorios y servicios públicos de bajo costo como los de la Facultad de Estomatología—, sino que también amenaza los fondos federales, pues la SEP condiciona la entrega de recursos a la participación estatal. En números, el riesgo de perder más de 600 millones de pesos federales es real si el adeudo continúa.
Ochoa subraya que el dinero que recibe el gobierno estatal para las universidades está etiquetado y no puede destinarse a otros fines. De confirmarse el desvío, el Ejecutivo tendría que devolverlo a la Federación o enfrentar sanciones. El reclamo, sin embargo, ya escaló a las calles: estudiantes han salido a protestar con pancartas que acusan directamente al gobernador de “robarle a la UASLP”.
El rector, Alejandro Zermeño, advirtió ante el Consejo Directivo Universitario que, de no resolverse la situación, se verán comprometidos pagos de quincenas, aguinaldos y fondos de pensiones, lo que podría derivar en un escenario de inestabilidad social y política en el estado.
Incluso, el tema fue llevado a la Secretaría de Gobernación, no para pedir más recursos, sino para alertar del riesgo a la gobernabilidad que implica una universidad financieramente colapsada.
En suma, lo que los estudiantes llaman un “robo”, la universidad denuncia como falta de voluntad política y la federación observa como uhttps://www.astrolabio.com.mx/peor-que-un-robo/n incumplimiento que podría costar cientos de millones en apoyos. El saldo: un conflicto que amenaza no solo a la UASLP, sino a la credibilidad financiera del propio gobierno estatal.
