Según autoridades, se han entregado más de 32 mil víveres, 11 mil paquetes de limpieza y se han evacuado 1,600 personas. Sin embargo, en el ejido El Caracol, Tamuín, más de 50 familias permanecieron incomunicadas, improvisando con costales y tablas para proteger sus casas de la creciente del río Tampaón. En Ébano y San Vicente Tancuayalab, decenas de personas se mantuvieron atrapadas por dias debido a los caminos bloqueados y viviendas inundadas, pese al despliegue de Sedena y Semar con cientos de elementos, vehículos, embarcaciones y maquinaria.
El censo casa por casa, anunciada como parte de la fase de recuperación, avanza lentamente. Vecinos en Tamazunchale denuncian que varias comunidades llevan días sin recibir atención ni víveres, lo que evidencia que la supuesta “rapidez” de la respuesta gubernamental no ha alcanzado a quienes más lo necesitan.
Mientras los legisladores del PVEM destacan la entrega de paquetes y recursos de hasta 20 mil pesos, la realidad muestra que la recuperación es parcial y desigual. Niños, adultos mayores y familias enteras permanecen en riesgo, atrapadas en zonas aisladas, sin acceso a alimentos ni atención médica suficiente.