Con información de La Noticia San Luis.
La Secretaría de Cultura de San Luis Potosí enfrenta cuestionamientos tras reportar como parte de sus logros gubernamentales la edición de dos libros sobre charrería, por los que destinó 3 millones 851 mil 200 pesos, sin que exista evidencia de que se imprimieron. La inversión supera incluso los recursos asignados a programas culturales prioritarios como becas, apoyos a artistas, mantenimiento de espacios y actividades formativas.
De acuerdo con el Informe de Resultados 2024 del Gobierno del Estado, las obras “100 años de charrería en San Luis Potosí” y “El arte del 80° Congreso Nacional Charro en San Luis Potosí” requirieron 1 millón 972 mil pesos y 1 millón 879 mil 200 pesos, respectivamente. Sin embargo, no se cuenta con registro de tiraje, imprenta, ISBN ni responsables editoriales, y ningún funcionario de la dependencia ha podido certificar que los ejemplares existan.
Tras una solicitud de información pública, la Secretaría de Cultura afirmó que los libros podían consultarse en sus oficinas. Pero al acudir al lugar, el personal aseguró desconocer cualquier publicación. El director de Desarrollo Cultural, Carlos Reyes Martínez, se comprometió a localizarlos y entregar copias, aunque después de meses no ha presentado prueba alguna que confirme su edición o distribución.
En la búsqueda de estos materiales apareció un tercer producto editorial: una revista conmemorativa del Congreso Nacional Charro, encontrada de manera aislada en la Casa del Poeta Ramón López Velarde. El ejemplar carece de créditos, colofón y datos de tiraje, y su contenido está centrado casi por completo en promover la imagen del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, su esposa Ruth González Silva, sus hijas y el equipo charro RG2. La marca privada del mandatario, “Ron Potosí”, también ocupa amplios espacios en forma de anuncios y fotografías.
El editorial de la revista está firmado por el propio gobernador y está acompañado de múltiples páginas dedicadas a su figura. Empleados de la Secretaría de Cultura, consultados bajo anonimato, señalaron que si los libros realmente fueron impresos, habrían sido entregados únicamente a invitados especiales durante el Congreso Nacional Charro. Ninguna biblioteca, librería o institución académica cuenta con ejemplares.
Este caso exhibe un patrón de uso discrecional del presupuesto cultural para fines políticos y promocionales. En lugar de fortalecer al sector artístico del estado, los recursos se destinan a proyectos sin sustento público ni transparencia, mientras las expresiones culturales potosinas continúan con escaso apoyo institucional.
A más de un año del evento nacional de charrería, no hay pruebas físicas o documentales que acrediten la impresión de los libros reportados por la Secretaría de Cultura. Solo permanece una revista con evidente enfoque propagandístico, mientras los materiales anunciados como parte de los logros de gobierno siguen sin aparecer.


