Eva María, una niña de 4 años, murió el día de ayer mientras esperaba un trasplante renal, luego de complicaciones en su tratamiento de hemodiálisis que no pudieron atenderse en el Hospital Central por la falta de insumos.
El abogado Isaac Ramos señaló un día antes en una columna periodística, la crisis e ineficiencia del sistema de salud en San Luis Potosí, ya que desde mediados de 2020 el programa de trasplantes permanece suspendido en el Hospital “Dr. Ignacio Morones Prieto”. Lo que comenzó como una medida temporal por la pandemia, “se ha convertido en una negligencia prolongada que cuesta vidas y niega el derecho a una segunda oportunidad”, puntualizó el abogado.
También se mencionó que desde el 26 de septiembre, mientras se conmemoraba el Día Nacional de la Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, pacientes renales protestaron frente al Centro Estatal de Trasplantes. El motivo fue exigir la reapertura inmediata del programa de trasplantes renales.
Mientras tanto, los enfermos dependen únicamente de la hemodiálisis, procedimiento que es un un frágil sostén para quienes están en etapa avanzada de insuficiencia renal. Además, el Centro Estatal de Hemodiálisis enfrenta la falta de insumos indispensables, lo que deja a los pacientes con la incertidumbre de no saber si podrán recibir su tratamiento.
El trasplante renal, recalcaron en la columna, “no es solo un tratamiento; es una segunda oportunidad de vida”, la cual se les niega en el sector salud de San Luis Potosí. Los enfermos que buscan alternativas deben trasladarse a otras ciudades, invertir mucho más dinero o resignarse a un sistema que, según los pacientes, representa “un abandono prolongado y sistemático que sigue cobrando vidas y destrozando la esperanza de cientos de potosinos”.