La reciente determinación del Consejo Nacional de Morena de prohibir el nepotismo a partir del proceso electoral de 2027 sacudió el tablero político nacional, pero sus efectos ya se sienten con fuerza en San Luis Potosí, donde esta decisión podría sepultar cualquier intento de coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) si este insiste en imponer a miembros del clan Gallardo como candidatos.
Durante la sesión celebrada este domingo, Morena adoptó lineamientos clave que marcarán su actuar en los próximos comicios: austeridad republicana, respeto interno, ruptura con poderes fácticos y, sobre todo, una reforma ética que prohíbe el amiguismo, influyentismo y nepotismo. La presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde Luján, fue clara: “A la gente no le gusta que se hereden los cargos. A la gente no le gusta que haya cacicazgos”.
La decisión, avalada por la dirigencia y sustentada en una carta enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum, establece que Morena no permitirá candidaturas de familiares inmediatos de funcionarios electos, incluso cuando la Constitución solo restringe estas postulaciones hasta 2030. “Morena lo incluye desde 2027”, sentenció Sheinbaum en su mensaje.
Y aquí es donde el PVEM tropieza con su propio reflejo: en San Luis Potosí, el partido del gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha coqueteado abiertamente con la idea de postular a su esposa, la senadora Ruth González Silva, o a su padre, el diputado federal Ricardo Gallardo Juárez, como posibles abanderados para las elecciones locales.
Con la nueva regla, cualquier coalición con Morena implicaría un veto automático a estas candidaturas por motivos de parentesco, lo que representa un golpe directo a los planes del grupo político que actualmente gobierna la entidad con mano dura y lógica patrimonialista.
El PVEM está ahora contra las cuerdas: o rompe con la lógica dinástica del gallardismo o renuncia a cualquier posibilidad de aliarse con Morena en San Luis Potosí. La decisión no solo es política, sino simbólica: marca el principio del fin para los cacicazgos que han secuestrado candidaturas en nombre de los lazos de sangre.
En resumen, la puerta de Morena se ha cerrado con firmeza ante cualquier intento de disfrazar herencias políticas como “proyectos de continuidad”. Y en San Luis Potosí, esa puerta podría quedarse cerrada si el PVEM insiste en seguir apostando a la familia Gallardo como única carta sobre la mesa.
