Vecinos de las calles Madero y Mariano Jiménez denunciaron que el bar “El Despacho” volvió a abrir sus puertas apenas una semana después de su más reciente clausura, aún cuando desde hace meses reportan ruido extremo, disturbios en la vía pública y la ausencia total de una respuesta efectiva de las autoridades. De acuerdo con habitantes de la zona, al menos 25 familias enfrentan diariamente esta situación.
El afectado consultado, quien pidió mantener su nombre en reserva, señaló que el establecimiento mantiene música a alto volumen desde la tarde y hasta la noche, afectando tanto a las viviendas cercanas como a los planteles escolares ubicados en un radio menor a 200 metros: una primaria, un kínder, una secundaria y tres universidades. Pese a ello, el negocio continúa operando “sin restricción alguna”.
Los vecinos describen un entorno deteriorado por riñas, personas en estado de ebriedad consumiendo alcohol en la calle, vómito y orines en las banquetas, así como jóvenes inconscientes tirados en la vía pública sin recibir ayuda. También acusan a los guardias del bar de agredir a clientes intoxicados y de abandonar en la banqueta a mujeres jóvenes que no pueden mantenerse en pie.
La situación se agravó la semana pasada, cuando una pelea iniciada dentro del bar derivó en disparos afuera del establecimiento. Aún así, reabieron el negocio en cuestión de días. Según el testimonio, ya clausuraron este lugar “entre seis y siete veces”, pero siempre regresa operando bajo un nuevo nombre comercial: antes “La Oficina”, luego “La Bodeguita”, pero con el mismo giro y propietarios.
A pesar de haber presentado oficios y realizar llamadas constantes al 911, los denunciantes aseguran que no reciben respuesta. “Dicen que todo está en orden. Cuando contestan, no llegan”, afirmó el vecino entrevistado.
Las familias piden que el municipio tome medidas definitivas. “Queremos que actúen: que lo reubiquen o que lo clausuren en serio. No es un pleito; es un problema que ya pone en riesgo a quienes vivimos y estudiamos aquí”, señalaron.
