Durante un acto público reciente, el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, volvió a encender la polémica al lanzar una serie de acusaciones contra «políticos corruptos» y utilizar expresiones vulgares ante la presencia de menores, dejando en evidencia el estilo populista y confrontativo que ha marcado su administración.
“Ya basta de tanto político ratero, huevón y corrupto”, exclamó el mandatario, quien además ironizó con el hecho de que algunos funcionarios públicos “salen con rancho y camioneta nueva, y el pueblo bien jodido”. Sus palabras fueron dirigidas, una vez más, hacia lo que él denomina «la herencia maldita», en alusión a gobiernos anteriores, pese a que su propia trayectoria y la de su familia acumulan más de 16 años en cargos públicos.
El discurso, cargado de expresiones como “cabrones”, “chingar gente”, “un chingo” y la invención de la palabra “triquiñelas”, en lugar de triquiñuelas, generó incomodidad, particularmente por haberse pronunciado frente a niñas y niños que asistieron al evento.