Lo que para muchos fue un escándalo que requería explicaciones serias, para el gobernador Ricardo Gallardo Cardona fue una oportunidad para exhibir, una vez más, su desconocimiento histórico y su tendencia al espectáculo. Ante los cuestionamientos sobre la aparición de una mujer desnuda en las oficinas de Palacio de Gobierno, Gallardo no tuvo mejor idea que atribuir el hecho a un fenómeno paranormal, asegurando que se trataba del fantasma de la emperatriz Carlota de Habsburgo.
Sí, leyó usted bien: el fantasma de Carlota. Una explicación digna de una película de bajo presupuesto, pero pronunciada con absoluta seriedad desde el máximo cargo del Ejecutivo estatal.
La reacción no se hizo esperar. Miles de ciudadanos expresaron su profunda vergüenza en redes sociales, no solo por las declaraciones simplistas y completamente irresponsables del mandatario, sino también por la ignorancia histórica que demostró al afirmar que Carlota de Habsburgo pudo haber rondado los pasillos del Palacio de Gobierno. Para quien aún tenga dudas: Carlota nunca estuvo en San Luis Potosí. Ni viva, ni muerta.

“Chales ando en Acapulco me dicen eres de San Luis yo les digo que sí, me dicen a dónde está el gobernador pendejo que dice lo de los fantasmas. Yo les digo que de ese San Luis no soy, soy de San Luis, Nuevo México. Qué pinche vergüenza, neta”, escribió un usuario claramente desesperado por deslindarse del mandatario.
“La vergüenza más pura que eh pasado en mi vida”, comentó otro potosino. A lo que se sumó uno más: “Qué pena tener un gobernador tan inútil. Y más pena salir en las noticias y me digan que estoy idiota. Mejor me iré de SLP. Vámonos”. Y así, cientos de mensajes similares inundan las redes, en un intento colectivo por sobrellevar el bochorno.
La prensa nacional e incluso internacional no dejó pasar la oportunidad para abordar el episodio desde la sátira. Portales noticiosos, comentaristas y medios de espectáculos han ridiculizado la explicación “sobrenatural” del gobernador, señalando la absurda manera en que intenta justificar lo injustificable. Mientras tanto, el verdadero misterio sigue sin resolverse: ¿cómo es que una persona ajena logró ingresar desnuda al recinto gubernamental, sin que nadie se percate ni actúe?
“Esa es la triste realidad del gobierno de San Luis Potosí”, remató otro comentario viral que sintetiza el sentir general.
Lo más preocupante no es que Gallardo vea fantasmas, sino que su gobierno parece vivir en una dimensión paralela, donde el ridículo se confunde con el liderazgo, y la ignorancia con carisma. La ciudadanía potosina merece algo más que excusas espectrales.