La ciudadanía percibe una falta de liderazgo y seriedad en el manejo de los asuntos estatales, lo que se refleja en el aumento de la desaprobación ciudadana al 60.4%.
Salvo en el rubro del empleo, en el cual la administración estatal se sitúa en el lugar 11 nacional, el gobernador Ricardo Gallardo está calificado muy por debajo de la media.