En un estado olvidado, donde miles apenas logran comer una vez al día, el gobierno estatal no tiene empacho en gastar millones para convencernos —a través de encuestas— de que todo va bien. Qué insulto, ¿no?
Salvo en el rubro del empleo, en el cual la administración estatal se sitúa en el lugar 11 nacional, el gobernador Ricardo Gallardo está calificado muy por debajo de la media.