La salida de Sánchez Lara ocurre en un momento crítico para el SEER, institución que ha sido blanco de cuestionamientos desde distintos sectores magisteriales y sociales.
Las autoridades locales, es cierto, tienen una responsabilidad, pero ¿no es acaso la falta de acción y coordinación con el gobierno estatal lo que perpetúa esta crisis?
Mientras el titular del Ejecutivo se concentra en su agenda personal, delega de facto el control político del estado al secretario general, quien actúa con total impunidad.