El lema marca el arranque de la segunda etapa de su administración, en medio de cuestionamientos por irregularidades y falta de cumplimiento a su promesa inicial.
Ya como gobernador, Ricardo Gallardo Cardona ha colocado a familiares directos e indirectos en cargos públicos, así como también amigos y socios de negocios en secretarías del Poder Ejecutivo y hasta en diputaciones locales, como el caso de Héctor Serrano.